Ha sido la noticia del día, una
reyerta en las inmediaciones del Estadio Vicente Calderón deja un
muerto, una decena de heridos y otras tantas de detenidos. Tal y como
ha dicho el bueno de Víctor Fernández: deleznable. A mi me ha
pillado recién levantado, aún en la cama, mirando las alineaciones
del partido, ¡qué poco interés ha despertado éste!; como bien ha
escrito Ladislao Moñino en El País, ¿qué importa que haya ganado
el Atleti después de estos lamentables hechos?
Pero lo que me pregunto yo y a estas
alturas del día aún no he sabido responderme es qué tipo de
persona se despierta un domingo a las 8 de la mañana para pegarse.
Puedo entender que madrugues para miles de cosas pero para darte una
paliza contra seres que se diferencian de ti por pensar de otra
manera, ¿de verdad esta gente son humanos como tú y como yo? Es
triste pero si, lo son.
Y quiero recalcar lo de pensar de otra
manera. Desde siempre, los ultras de los equipos de fútbol han
ligado la política a sus colores. Han hecho del deporte su elemento
propagandístico. Esto es un hecho, hay aficiones de extrema
izquierda y aficiones de extrema derecha, hoy mismamente he leído
que los Riazor Blues (izquierda) han recibido apoyo de los Bukaneros
(ultras del Rayo). También quiero decir que no hay que meter en el mismo saco
a la gente que ve el partido al lado de los grupos ultras con los
propios grupos, la última vez que estuve en el
Calderón lo hice gracias a un abono de la grada joven situado en la
zona del Frente Atlético y no soy ningún asesino, al igual que tengo muchos amigos que se sientan con los Bukaneros y no les veo saliendo de la cama a las 7:oo am para darse de palos.
¿Los clubes deberían tomar cartas en
el asunto? Por supuesto. ¿Es un caso de violencia en el deporte? A
mi modo de entender el fútbol sí. Yo cuando voy al estadio no
contabilizo solamente los 90 minutos del partido. El ir, los
prolegómenos, incluso el descanso son momentos en los que disfruto
de ese momento que se da una o dos veces a la semana (en mi caso una
o dos veces al año) y considero tan especial como quien va al teatro
o al cine y después comenta lo que ha visto. ¿Ha sido sensato el
Atlético de Madrid diciendo que no tiene nada que ver con ellos? En
parte si y en parte no. No tiene que ver con ellos porque esta
gentuza no se ha reunido en nombre del Atlético de Madrid ni Deportivo de la Coruña, pero si
pertenecen a Frente Atlético y Riazor Blues; y mientras ambos grupos
sigan estando dentro de sus estadios los dirigentes de sus equipos si
tendrán que ver con sus actuaciones.
Me da pena por el fútbol que como
deporte tiene unos valores que en días como hoy no se pueden ver,
por el resto de aficionados que puedan cogerle miedo al ir a la
fiesta que es un partido de su equipo, por las familias afectadas y
por mil cosas más; pero no seamos hipócritas, tanto la víctima
como los asesinos se habían citado para inflarse a hostias y sabían
que el final de ese partido nunca acaba en empate. Por lo menos que
esto sirva para algo. Para considerar que esta lacra sigue viva y por
tanto es peligrosa, para alertar de los peligros que entrañan los
extremos y lo que creo más importante, hacer ver a los niños que
estas cosas nunca acaban bien, que se alejen de ellas cuando sean más
mayores y que condenen como estoy haciendo yo todas estas actitudes
violentas que tristemente se dan en pleno siglo XXI.