jueves, 17 de mayo de 2018

Maneras de ganar

Hace tanto que no escribo que me da cierto respeto ponerme frente a la hoja en blanco y empezar a soltar las palabras que deambulan por mis pensamientos.

El Atleti ha ganado su tercera Europa League. Mi Atleti. Ese equipo del que soy seguidor desde que me llamó la atención su camiseta a rayas rojiblancas. En realidad me falta por escribir un gran episodio que tuve la suerte de vivir el año pasado, la despedida del estadio donde me pasó aquello. En la lista de tareas pendientes está y algún día cobrará vida.

Pero estábamos en la noche de hoy, mediados de Mayo, año de Mundial, el Atleti gana un título europeo. Podríamos estar hablando de 2010, aquella final ante el Fulham, esos goles de Forlán. Pero no, han pasado ocho años y ojalá se repita lo vivido en aquel Mundial.

En estos ocho años han pasado muchas cosas en el Atlético de Madrid. Todas de la mano del Cholo Simeone, Dios le tenga reservado un altar. Se volvió a ganar la Europa League en 2012, la Copa del Rey en el Bernabéu ante el Madrid en 2013, la Liga en 2014, así como supercopas varias y clasificación para Liga de Campeones año sí año también. Hasta ahí todo a pedir de boca.

La realidad yo la veo diferente. De cinco temporadas en la Champions, el Madrid nos ha eliminado en cuatro de ellas, para más inri dos en la final, y en la última, o sea, en esta, no haber conseguido ganar al Qarabag en ninguno de los dos partidos nos ha privado de seguir en la competición en la que por equipo y categoría merecíamos estar. Sendos empates nos enviaron a la Europa League, o lo que es lo mismo, a la segunda división europea.

Por eso hoy no estoy con ánimos de celebrar nada. Estoy contento, si, pero porque ha ganado mi equipo, no porque tengamos un título más en una vitrina a la que le falta el más importante, el que hemos acariciado hasta el minuto 93', el que hemos perdido cuatro veces ante los mismos.

Quien me conoce sabe de lo que hablo. Para mi Simeone murió en su altar en Milán cuando dijo aquello de que tenía 35 millones de razones para irse y necesitaba pensar en su futuro. Para mi vuelve a morir cada fin de semana en el que jugamos al 1-0 o, a veces, contra el Barça se vio claramente, al 0-0. Creo que un entrenador que valora su continuidad a ser el tercer personaje mejor pagado de la Liga (por debajo de Messi y Cristiano) no merece más homenaje que el de agradecer sus servicios prestados y ya vendrá otro que lo haga mejor o peor, o tal vez igual (véase el Barça de Guardiola y Luís Enrique). Lo que está claro es que el club está por encima de todos, y el Atlético de Madrid existía antes y existirá después de Simeones, Griezmanns, Forlanes o Agüeros.

Ser del Atleti es algo tan difícil de explicar como bonito de vivir, mañana muchos niños irán con sus camisetas rojiblancas al colegio igual que fueron un día después de Lisboa y de Milán, porque nosotros solo tenemos un motivo y es el de quedarnos hasta la muerte.