El domingo viví mi mayor alegría
deportiva del año. Lo digo así porque creo que muchas veces, para
hacer memoria, usamos los hitos deportivos como marcadores
cronológicos de esto que va pasando y llamamos vida. En 1992 con los
Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1996 y el doblete de mi Atleti, 2008,
2010, 2012 con las alegrías que nos dio la selección de fútbol.
Este año ha ganado el Madrid su
tercera Champions seguida, el Atleti la Europa League y posiblemente
sea el primer año de los últimos diez en que no ganarán ni Messi
ni Cristiano el Balón de Oro, pero lo que de verdad me ha puesto
contento ha sido lo que ha conseguido Alejandro Valverde.
Por ocio no pude ver la carrera pero
las personas que me escribieron mensajes cuando El Bala cruzó la
meta dicen el mucho de lo que me conocen por la afición y
admiración que profeso por el murciano. En ese momento, en pleno
festival, el mundo se paró y me trasladé a Innsbruck, donde,
todavía el puño cerrado, Valverde se desgañitaba en brazos de su
siempre amigo y fisio Escámez. Esa imagen me emocionó y en ese
momento mi felicidad se desbordó en forma de lágrimas que pocos
comprendían.
Haciendo un repaso por su historial
(hay que tomarse su tiempo para verlo al completo) quiero destacar
sus victorias en las grandes vueltas, en todas, sus victorias en las
vueltas de una semana, en todas, y su afán por estar siempre ahí,
en la llegada con los primeros, sea sprint o llegada en alto, sea en
el muro de Huy o en cualquier crono. Giro, Tour, Vuelta, Volta,
Andalucía, Itzulia, Valencia, Murcia, San Sebastián, Campeonato de
España en Ruta, Campeonato de España Contrarreloj, Flecha Valona,
Lieja-Bastoña-Lieja, Roma Máxima, etcétera, etcétera, etcétera.
En todas tiene Alejandro Valverde grabado su nombre. Es más dífícil
buscar una prueba de la Uci Pro Tour que no haya logrado que hacerlo
de una que si.
Y hablando de destacar victorias, hay
una, que sin ser victoria me ha hecho dar más dimensión a este
Campeonato del Mundo en fondo en carretera. Año 2003, un Alejandro
Valverde novel consigue un tercer puesto en la Vuelta a España
ganando dos etapas y la clasificación de la combinada, y, un mes
después, logra la medalla de plata en el Mundial de Hamilton, en
Canadá, por detrás de Igor Astarloa. Año 2003, 23 años tenía el
Bala, los mismos que tiene hoy Enric Mas, suena estupendo.