Así es, el Madrid ganó su segundo partido seguido por goleada, con unos primeros 60 minutos de ensueño, no dejando jugar al rival y creando ocasiones una y otra vez. Así si, ese si es el equipo que quiere ver el Bernabéu y el que a los aficionados al fútbol como yo, o como tú, o como hasta un culé, gustará, sea blanca su camiseta o azul como ayer.
Gustará y respetará, porque el Madrid hace un juego muy serio, sin dobleces, con una defensa extraordinaria que cuando recibe un gol se lamenta y se enfada por ello, aunque en la otra portería hayan caído cuatro. Un fútbol que no es tan plástico como el del Barça pero al que hay que respetar incluso más, porque viene desde abajo, con margen de mejora, con ganas de triunfar.
Porque el Barça ya lo ha ganado todo y no es lo mismo empezar una temporada desde cero que en lo más alto, defendiendo título. El año pasado consiguió la Liga, al Madrid le habían sacudido en Copa y Champions calamitosamente y eso también influyó en ellos, se vieron mejores y, aunque el equipo blanco hiciese también récord de puntos, los blaugrana llevaban la inercia del campeón.
Este año es distinto, veremos a ver que pasa en Champions, donde, recordemos, es el escenario en el que Morinho debe justificar su fichaje. Y veremos también si el Barça aguanta este ritmo con una plantilla tan corta; lo único a su favor: el calendario, vean contra quien ha jugado el Madrid y hagan lo propio con el Barça.
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