Noche de Champions, de fase de grupos pero de Champions, cosa que los atléticos no podemos decir por mucho que hayamos ganado la Europa League. La Champions tiene un sabor especial, sobre todo para el aficionado, oír el himno cuando salen los jugadores durante seis partidos al año te garantiza ese reconocimiento mundial durante esos seis partidos, aunque juegues en el Copenhague, son seis partidos contra los mejores equipos de Europa, y eso es una gozada.
Y hoy juegan los dos que más títulos tienen de este bella competición: Real Madrid y AC Milán. Son dos equipos con leyenda, hace 40 años, hace 20 o en esta misma década han sido referente del fútbol mundial y sus plantillas siempre han estado cargadas de buenos jugadores; aquel Milán de Sacchi con los Van Basten, Gullit, Rijkaard, Maldini; ese Madrid de Zidane, Figo, Ronaldo... Lo mejor de lo mejor vaya.
De un tiempo aquí, el equipo rossonero solo hacía subir la edad media de su equipo año tras año con fichajes de relumbrón pero también de plan de pensiones. Seedorf (cuyo rendimiento ha callado todas las bocas), Redondo (16 partidos en 4 años), Ronaldo (con su enésima lesión), etc, etc. Pero este año parece que es otro. Ha seguido fichando jugadores en entredicho, pero si juntan entre todos una parte del talento innato que tiene cada uno es fácil que lleguen muy lejos. Ibra, Robinho, Ronaldinho y ese Pato que me parece fantástico (¿qué te hizo para no llevarlo al Mundial, Dunga? pueden dar esta noche un buen espectáculo en el Bernabéu.
Aunque no os engañéis, a Mourinho le trajeron para esta copa y el Madrid hoy va a salir a ganar como si de una final se tratase, y más habiendo tenido su pique particular de la semana con el jóven técnico milanista, ¡la batalla está servida!
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