miércoles, 15 de diciembre de 2010

Nula


Así es como ha quedado la carrera de Marta Domínguez. La noticia saltó hace seis días, en los que he querido esperar, recopilar datos, enterarme de quién es quién en la Operación Galgo, preguntar a amigos y sobretodo pensar que todo lo que muchas veces pienso no puede ser así.
No creo que ningún deporte esté limpio del todo. Lo que hoy es dopaje ayer no lo era, y lo que hoy todavía no se considera fraude mañana si lo será. La AMA (Agencia Mundial Antidopaje) cada día va limitando el uso de fármacos y productos que se suministran a los deportistas de élite para mejorar su físico y con ello su rendimiento. Y pensar que no todos lo hacen es ver el mundo color de rosa. Porque sino no habría tanta diferencia entre el deportista de élite que el amateur. Me comentaban hace días que en la Residencia Joaquín Blume sólo suministraban sustancias mágicas a quien era bueno de verdad, he ahí donde se eleva la diferencia entre "buenos" y "malos". De echo, si nos fijamos en el ciclismo, los gregarios llegan siempre con media hora de retraso en la subida de algún puerto, que casualidad que en ninguno de éstos no haya habido casos de dopaje...
También estaba esperando a que se decidiera el futuro de Alberto Contador para hablar de ello. El de Pinto seguramente se libre (ojalá) porque lo que le han detectado es tan ínfimo que puede valer la historia del chuletón infectado, ya digo, ojalá; y me contradigo porque si que me gustaría un deporte limpio pero sus victorias me han dado muchas alegrías, muchas tardes de emoción y muchas pedaladas desde el sofá.
Son distintos casos con el mismo delator: el doping. Parece que Marta traficaba con ello: a su entrenador se le conocía como "el camello" en la residencia antes citada y ha habido un importante blanqueo de dinero y cuentas en paraísos fiscales descubiertos en la operación. Muy negro lo veo pero, ya digo, es cuestión de esperar.
No veo lícito hacer trampas pero nadie va a menos de 120 en una autopista, cuando hay un radar frenas, cuando toca competir dejas de doparte. Es jodido asimilarlo pero es lo que hay, quien quiera seguir con su venda en lo ojos que lo haga, yo me la pongo todos los días que veo, leo y escucho deporte, para mi sigue siendo algo maravilloso.

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