Ayer se volvió a ver buen fútbol en el Bernabéu, para mi, hacía tiempo que no se jugaba así, con tanta pegada, con tanta contundencia arriba. Y ante toda Europa.
El sábado se jugó un partido mediocre contra Osasuna, muy ramplón, con un gol de Carvalho y alguna que otra parada de Ricardo, pero nada más. Anoche el coliseo blanco pudo haber cantado fácil 5 o 6 goles, esos que metió el Barça el martes, pero aún falta ajustar la mirilla.
Me gustó Özil que, creo, tiene que demostrar mucho todavía pero que en lo poco que lleva se ha ganado el cariño de la grada, de sus compañeros y lo más importante de un Mourinho que en principio contaba más con el joven Canales que con él. La pregunta es que harán con Kaká cuando vuelva de su lustrosa lesión y estos dos sigan como hasta ahora.
Decía que Özil ha convencido a Mourinho, y el portugués lo está haciendo con todo el madridismo. Lo de Mallorca fue un simple primer partido de Liga sin consecuencias y para lo que de verdad está sentado en el banquillo es para los partidos de entre semana, para la Champions. No llegar a semifinales sería un fracaso tanto para la entidad como para él mismo; por no decir para Florentino, el ser superior sabe que la competición que se valora es esta, sino como se entiende que echara a Pellegrini habiendo firmado 96 puntos en Liga...
No hay comentarios:
Publicar un comentario