Pongamos un ejemplo, el Madrid este sábado, después de fallar dos ocasiones clarísimas de Higuaín en la primera parte,comete un penalty a favor del levante en el minuto 85, expulsión de casillas y gol del equipo valenciano. Como ya se han echo los tres cambios se tiene que poner de portero Sergio Ramos y el quipo se queda con 8 jugadores de campo. En el descuento del partido Ronaldo mete el empate. ¿Cómo se queda el vestuario?
Pues eso es más o menos lo que nos pasó a nosotros ayer, solo que Higuaín aún no se ha pasado por el Barrio del Puerto para hacerse la prueba (igual perdería el tiempo) y en el descanso nos íbamos al vestuario con un 2-0 a favor.
Después de eso la locura, propiciada en parte por un mal árbitro y por seguir el juego de el equipo contrario que a falta de saber jugar nos saco del partido con piques tontos. Varios errores defensivos (los primeros en 8 semanas) y un poco de falta de concentración dieron la vuelta al partido: 2-3 y dos expulsiones en contra.
Pero ahí estaba nuestro 9 particular que, haciéndose un hueco entre los defensas y pegándola con el empeine fuerte y colocada conseguía su segundo gol y el tercero del equipo. Un empate que 45 minutos antes era una victoria, pero que durante un rato fue una derrota, cosas de fútbol.
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