Sebastian Vettel ayer nos ganó a todos los españoles que tirábamos del cavallino del coche de nuestro asturiano. Pero no hay mal que por bien no venga, con su título arrebata a Hamilton el honor de ser el piloto más joven en conseguir el campeonato del mundo de fórmula 1; récord que tiene que añadir al de ser el piloto más joven en lograr puntuar en la categoría, en su primera carrera, el más joven en liderar un Gran Premio, el Gran Premio de Japón en 2007, y el más joven en conseguir la pole position, un podio y una victoria en un Gran Premio, gestas que logró en el Gran Premio de Italia de 2008. Un hombre rápido, nunca mejor dicho; para mi justamente vencedor de este mundial (si no hubiera roto el motor en Corea lo hubiese sido antes).
Es muy fácil ir con el tuyo, cuando además es el mejor, y decir que fue fallo de la estrategia del equipo (en eso estoy de acuerdo) pero no hay que quitar méritos al alemán, que ya nos avisó el año pasado de su potencial (4 victorias) y que en este campeonato ha sido el más eficaz (sólo en 6 carreras no ha estado entre los cuatro primeros).
Alonso empezó ganando, si, pero hasta el último tercio del año no se le empezó a ver donde debe de estar, arriba. Antes del Gran Premio de Italia, Alonso estaba a 41 puntos del líder (en ese momento Lewis Hamilton); cinco carreras después el español aventajaba en 24 puntos al británico. Bastante hemos hecho quedando segundos...
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