lunes, 1 de noviembre de 2010

Ese piloto adolescente


Impresionante carrera de 125 cc. De las mejores que he visto últimamente. Increíble lo de estos niños, porque la mayoría siguen siendo niños montados en máquinas capaces de dar ese espectáculo que es desde siempre el motociclismo.
Había visto pocas carreras de esta cilindrada este año, la verdad, pero en casi todas me había llamado la atención él, Marc Márquez, ese chico de 17 años que siempre quiere más. Porque salió 12º y en la primera curva ya iba cuarto, porque fue el único en no tener ningún accidente en la curva de final de recta, porque cuando se cayó, en la vuelta de reconocimiento, no soltó el manillar en ningún momento, sabiendo que si lo hacía su moto se dañaría tanto como para no poder seguir en carrera.
Y después de eso, Emilio Alzamora, su mánager y también campeón del mundo en 1999, pedía que hiciera el mayor número de puntos posibles conociendo el estado del manillar (medio roto), la dificultad de salir desde el último puesto de la parrilla y lo que me parecía a mi más peligroso: las zonas mojadas del circuito.
Pero viendo lo que sucedió después, quien pusiera la televisión al final de la carrera no se creería que todo lo que había pasado fuese real. Márquez salió 16º y en la curva de final de recta ya iba sexto, dejando para las nueve vueltas que restaban una sucesión de adelantamientos hasta hacerse con la primera posición en la última vuelta, como mandan los cánones, como gana un campeón.

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